EL PROFETA
De la alto bajó, fue luz del mundo…
en un mar
embravecido se durmió,
y las olas lo mecieron en su lecho...
y el poder del huracán le obedeció.
En el polvo
del desierto, sus sandalias,
de su paso
y su cansancio dieron fe,
las estrellas sus desvelos alumbraron
y en su andar el astro rey lo descubrió.
Fue
principio que hasta el fin habrá llegado,
es el alfa
que a la omega se fundió,
como oriente que al ocaso está ligado,
paso firme
que en lo eterno se plantó.
Cual simiente,
sus palabras florecieron,
la noticia
que nos trajo es nuestra Fe,
En sus ojos
se leyó la buena nueva,
y su boca, el agua viva derramó.
De su
ejemplo vive ahora el mundo entero;
su Palabra
paso a paso se cumplió.
Los milenios
han pasado, mas su Verbo
permanece en la semilla que sembró.
Maco Quiñónez y Oscar
Asturias
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