¿De dónde saldrán las correas…?

Desde niño me enseñaron

a pensar en el hermano,

que a cualquier necesitado

hay que tenderle la mano.

Eso sí, en el supuesto,

de usar mi propio dinero,

sin ir a saquear  muy presto

al vecino, el monedero.

Enseñar y dar trabajo

digno y bien remunerado,

eso sube la autoestima,

no solo dar regalado.

Qué triste que hoy se confunda

el ayudar con comprar;

por  pura cuestión de votos.

No hay quien lo pueda dudar.

Las gentes  que nunca antes

se acordaron de sus males,

son los más vociferantes

de los programas sociales.

Yo les pregunto a estos listos

-creo que todos debemos-,

¿de dónde saldrán los pistos

con los que los cubriremos?.

Es tarea del candidato

el prometer  y mentir

después ya hallará la forma

para escapar y evadir.

Y entre programa y programa

de su familia progresa,

Él esquilará la lana

para hacer crecer su empresa.

¡Mi Dios!,  ¿cuándo aprenderemos,

que aunque eres generoso,

no existe la vida fácil

para el vago y el moroso?

Por el contrario, está escrito

aunque duela y atormente,

que “Te has de ganar el pan,

con el sudor de tu frente”

La Púlex

Año electoral.