Historia de un callo
las debemos enfrentar,
mas por designio divino
nunca podremos cambiar.
La historia que aquí les cuento
sucedió en la realidad,
que quede mudo si miento
o falseara la verdad.
De cierto, borré el recuerdo
de ese preciso momento
en que a mi sufrido pie izquierdo
llegara tan fiel tormento.
Los diagnósticos tempranos
culparon a los zapatos,
"mejor comprate italianos
y tirás esos baratos".
Probé de estilo elegante,
cueros suaves y forrados
pero el juanete constante
seguía a mi pie aferrado.
Preparé entonces mi lista,
la gran peregrinación,
buscando un pedicurista
que fuera mi salvación.
Uno me dijo certero:
"hasta hoy no hay otro medio
que limarlo por entero,
ése es el mejor remedio".
Con pediquiure le entraremos
a un completo tratamiento
con sierras, lijas, barrenos,
si es necesario…cemento.
No será cosa sencilla
llevará varias sesiones,
abonos le sugería
para evitarle tensiones.
Y aunque no me considero
ser agarrado o tacaño,
seguir el plan con esmero
a mi bolsillo hizo daño.
Pasaron algunos meses
en que me creí curado,
derecho caminé a veces,
otras, cual pato, de lado.
mas allí seguía escondido
al que creyeron podar,
sólo lograron con fuerza
ayudarlo a retoñar.
Un día desesperado
vi a un amigo cirujano
que farsante me ha jurado
"Yo te lo vuelo, mi hermano"
Con alta tecnología,
trepanaré un agujero,
ya no habrá más pesadilla,
no gastarás más dinero.
Lo durmió hasta la raíz
con el láser lo atacó,
en frasquito al prisionero,
indefenso me entregó.
Mas el doctor no sabía,
que a veces la ciencia falla
y en mi pie aún se escondía,
se había clonado el canalla.
Hoy de sabio y resignado
les hago esta sugerencia:
al que igual le haya tocado,
mejor que tenga paciencia.
Si de fábrica llegó
su regalo bendecido,
que agradezca y lo conserve
con todo lo que ha nacido
podrá ensayar mil maneras
diferentes de quitarlo
pero yo les aseguro
que jamás podrá lograrlo
Es mejor que aprenda a amarlo
como a su ojo u oído,
si no quiere repetir
lo que a mí me ha sucedido.
La Pulga.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home