otro pérez
Me tiene desesperado
tanto mosquito pisado
pues no puedo trabajar
y ni siquiera ir a mear.
Primero la picazón
de las manos y los pies
ese bicho re cabrón
te enloquece y no lo ves.
Suspendo mi actividad
voy a buscar repelente
que para esa necedad
me sugirió el dependiente.
Busco en la mesa de noche,
en la guantera del coche
el remedio no aparece
y la cantidad de insectos crece.
Me siento desesperado,
Pregunto a grito pelado
¡¿en dónde está el repelente?!
despierto a toda la gente.
¿Ya buscaste en el armario?
me grita el vecino Mario
¿no estará en la lavadora?
me pregunta mi señora
Mientras todo esto me pasa
antes de ir a la cama
se me antoja un telegrama
depositar en la taza
Después de tanto piquete
ya sentado en el retrete
tengo en la mano un diario
que sí encontré en el armario
Moviéndolo a diestra y siniestra
para arriba y para abajo
con paciencia y desparpajo
logré depositar la muestra
Con hambre y todo picado
en la bolsa del mercado
me encuentro así, de repente
el bendito repelente.
JUAN JOSÉ PRATDESABA
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