La compra de un voto ( Versiòn 2015 )
Con el perdón de los
sencillos payasos que se ganan el pan HUMILDEMENTE vendiendo risas
sinceras y relajantes, les comparto este pensamiento que me atormenta .
Hoy
que ha comenzado de nuevo el circo electoral y cuando tendremos que
asistir obligados a muchas de sus largas y tediosas funciones...
¿Será que dejaremos que todo siga igual...?
Saludos
La Pulga
La compra de un voto ( Versiòn 2015 )
Juan Pueblo regresa a su choza
después de
extenuante jornada;
la luz de
la luna se posa
sobre su
figura maltrecha y cansada.
Hoy vio en los caminos
desiertos
las rocas con disfraz de flores,
los postes
y puentes cubiertos
por la propaganda
de vivos colores.
Su chucho
lo sigue saltando
y van desandando
el camino.
La noche lo
escucha pensando,
¿Qué será de mi?… ¿cuál es mi destino?.
La falta de
lluvia es tormento
que a Juan
le preocupa e inquieta.
El polvo no
es buen alimento,
y un plato
vacío, el estómago aprieta.
El año
pasado fue rojo,
la parca se
llevó a su nieto,
tan flaco y
timbón el patojo
se quedó
dormido… muy débil…
muy quieto.
Su vieja se
fue algo enojada
la choza
quedó solitaria,
(Tal vez como
está empadronada
quien quita
y consiga bolsa solidaria)
El Juan no
quería que fuera,
con ella
peleó en el potrero,
y a gritos
le dijo: “aunque muera,
y me mate el hambre,
no soy
limosnero”.
Y porque me
falta el dinero
que creen…¿
que soy un baboso?,
en vez de limosnas
prefiero
un sueldo más justo y fajarme de mozo”.
Y dijo, sintiendo
el chantaje,
temblando, perdida la calma,
“Diosito, que no pierda mi alma,
que yo no me venda, ni pierda el coraje… .
(dos)
María lleva
entre sus cosas,
-al Juan se
lo había escondido-
sostiene en
las manos callosas
un sucio y
raído carnet del partido.
Payasos de
circo y las porras,
en medio
del parque, el tinglado,
hay mil
camisetas y gorras
-son pa’l
coco wash del nuevo afiliado-
Llegó el
candidato elegante
en medio de
bulla y tumulto,
con risas y
besos – farsante-
a cada
indigente le entrega su bulto.
Y luego el discurso manido,
promesas de
disco rayado;
-el hambre le
sopla al oído:
“Hay pollo CAMPERO pa’l que no ha cenado”-
Las voces llegan de repente,
Juan Pueblo
las oye a lo lejos,
Y solo repite en su mente:
“A mí no me
compran… allá los pendejos”.
PÚLEX
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