POEMARIO DE LA PROMO66

Monday, May 11, 2015

La compra de un voto ( Versiòn 2015 )

Con el perdón de los sencillos payasos que se ganan el pan HUMILDEMENTE vendiendo risas sinceras y relajantes, les comparto este pensamiento que me atormenta . 

Hoy que ha comenzado de nuevo el circo electoral y cuando tendremos que asistir obligados a muchas de sus largas y tediosas funciones...

¿Será que dejaremos que todo siga igual...?

Saludos

La Pulga



La compra de un voto ( Versiòn 2015 )

Juan Pueblo regresa a su choza
después de extenuante jornada;
la luz de la luna se posa
sobre su figura maltrecha y cansada.

Hoy vio en los caminos desiertos
 las rocas con disfraz de flores,
los postes y puentes cubiertos
por la propaganda de vivos colores.

Su chucho lo sigue  saltando
y van desandando el camino.
La noche lo escucha pensando,
¿Qué será de mi?… ¿cuál es mi destino?.

La falta de lluvia es tormento
que a Juan le preocupa e inquieta.
El polvo no es buen alimento,
y un plato vacío,  el estómago aprieta.

El año pasado fue rojo,
la parca se llevó a su nieto,
tan flaco y timbón el patojo
se quedó dormido… muy débil…
muy quieto. 


Su vieja se fue algo  enojada
la choza quedó solitaria,
(Tal vez   como está empadronada
quien quita y consiga  bolsa solidaria)

El Juan no quería que fuera,
con ella peleó en el potrero,
y a gritos le dijo: “aunque muera,
 y me mate el hambre,
no soy limosnero”.

Y porque me falta el dinero
que creen…¿ que soy un baboso?,
en vez de limosnas prefiero
un sueldo más justo  y fajarme de mozo”.

Y dijo, sintiendo el chantaje,
temblando,  perdida la  calma,
“Diosito,  que no pierda mi alma,
que yo no me venda, ni pierda el coraje… .

                   (dos)
               
María lleva entre sus cosas,
-al Juan se lo había escondido-
sostiene en las manos  callosas
un sucio y raído carnet del partido.

Payasos de circo y  las porras,
en medio del parque, el tinglado,
hay mil camisetas y gorras
-son pa’l  coco wash del nuevo afiliado-

Llegó el candidato elegante
en medio de bulla y tumulto,
con risas y besos – farsante-
a cada indigente le entrega su bulto.

Y  luego el discurso manido,
promesas de disco rayado;
-el hambre le sopla al oído:
“Hay pollo CAMPERO  pa’l que no ha cenado”-



Las voces llegan de repente,
Juan Pueblo las oye a lo lejos,
Y solo repite en su mente:
“A mí no me compran… allá los pendejos”.


 PÚLEX


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