POEMARIO DE LA PROMO66

Saturday, December 29, 2012

Mi Brindis

En torno a una mesa de cocina,
una noche de invierno,
regocijadamente departían,
mis alegres pensamientos.

El vapor de olorosos platillos,
en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando al resolverse en nada,
la vida de mis sueños.

Pero en mis labios había sonrisas,
inspiración de mi cerebro,
y, repartidas en la mesa, tazas
pletóricas de té verde y  de café negro

No puedo olvidar que en una próxima noche,
un grupo de ex-maristas bohemio
celebraría entre risas, libaciones,
chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras
dejó en muchos pechos,
y la llegada, consecuencia lógica,
del “feliz año nuevo”...

En mi mente dije de pronto:
-cuando sean las doce, compañeros;
digamos el “requiescat” por el año
que ha pasado a formar entre los muertos.
¡Brindemos por el año que comienza!
Porque nos traiga ensueños;
porque no sea su equipaje un cúmulo
de amargos desconsuelos...

Bebo y brindo, mi café amargo,
brindo por mi pasado,
que fué de pecado, de amor y de alegría,
y en el que hubo mujeres seductoras
y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía...

Pero sobre todo brindo por la mujer, mas no por esas
en las que hallé consuelo en mis tristezas,
rescoldo del placer ¡desventurado!,
no por esas que nos brindan sus hechizos
cuando bezáis su cuerpo
artificiosamente perfumado.

Yo brindo por ella, colegas,
siento por esta vez no complaceros.
Brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindó sus consejos
y me envolvió en sus besos;
por la mujer que me arrulló en la cuna.

Por la mujer que me enseñó de niño
lo que vale el cariño
esquisito, profundo y verdadero;
por la mujer que me arrulló en sus brazos
y que me dió en pedazos
uno por uno, el corazón entero.

¡Por mi madre!... colegas, por la anciana
que pensaba en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado,
porque soñaba tal vez que mi destino
me señalaría el camino
por el que volveré pronto a su lado.

Por la anciana adorada y bendecida,
por la que con su sangre me dió la vida,
además de ternura y cariño;
por la que fué la luz del alma mía;
y lloraba de alegría
sintiendo mi cabeza en su regazo.

Por esa brindo yo, dejad que llore,
que en lágrimas descargue
esta pena letal que me atormenta;
dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que lloro y siento
que su ausencia es un fuego que calcina.

Por la ancianita infeliz que por mí, sufre y llora
y que desde el cielo implora
que de nuevo vuelva, a estar con ella;
por mi madre colegas, que es dulzura
vertida en mi amargura
y que, en esta noche de mi vida, es estrella...

De pronto callé, ningún pensamiento
profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,
y pareció que sobre aquella mesa
flotaba inmensamente
un poema de amor y de amargura.


Luis Castellanos

Wednesday, December 12, 2012

La más poderosa...



Siempre estuve muy creído
de aquel dicho que rezaba:
“Es la pluma bien usada
más poderosa que espada”.

Pero el Kalifa, más vivo,
vino a sacarme de error,
al comentarme en confianza:
la lengua es aún mejor”.

Y fue el mismo susodicho
quien así lo descubrió,
cuando una extraida,  atendía
y  ella  se lo confesó.

Hoy le concedo razón
a tan  cierta afirmación,
“Cuando la potencia mengua,
nada hay mejor que la lengua”.

La Pulga.