POEMARIO DE LA PROMO66

Tuesday, September 02, 2014

ACECHOS DE SOLEDAD FRAGMENTADA

Cuando se ausenta el  pensar
de nuestro ímpetu y la mente
se empaña  y es  receloso
el papel y el raciocinio
del  poema y su metáfora
que creo algo enarbolar
y la charla del poeta
conjeturo  que su aurora
he tratado  dominar,
más de súbito me fundo
se escamotean las letras
la  creación  se torna hosca
con un seco  entendimiento;
este   intrépido escribiente
aquel que casi de niño
garabateaba  sus coplas,
siente muy muy adentro
que lo  invade y atosiga
temeraria y burdamente
la soledad fragmentada
un  vocablo inacabado
con un encierro inconcluso
y una nostalgia truncada
que lo muda belicoso
con un valor desolado
y decide  no escribir.

Pareciera que a la vida
se le restan las  palabras
y se apagan por momentos
los destellos  creativos
del poeta y su equipaje
de la trova y consonancia
y su bagaje de errante.  

El ingenio y la agudeza
de conjugar los vocablos
la retórica y facundia
se tornan de cuando en vez
en desechos temerosos,
y el temor mi  camarada
de esas cuitas compartir.

El lirio desaposenta
el alma de aquel juglar
se enturbia  mi sensatez
mi clavel  se torna mustio;
la rosa inimaginable
pierde color y  euforia;
el nardo y su aroma indócil
parece me abandonó,
y de él sólo me dejó
su indómito narcotismo
sin audacia y  rebeldía,
y un  quetzal arrebatado
en su bosque nebuloso
se aferra  más a su rama
y se niega el vuelo alzar.

La soledad es viento sin aura
es semana sin domingos
es aquel reposo breve
un asueto muy lacónico
en el numen de escritor
y nos sirve de censura
por dislates sin mesura
que algún verso permitió
cuando con parca osadía
alguna burda tinta estampamos
en prosas  que jamás ni nunca
nuestra firmas puñeteras
y nuestro garbo creador
les debimos laminar.

Mas ello no me preocupa
porque  por dichas  estancias
ya en otras ocasiones
esta vida me llevo
y con aplomo y asombro
optimismo y reverencia
pronto me deshabitó;
renazco  con otro brío
con el ánimo ardoroso
pues    pluma centelleante
nueva tintura adoptó,
y al nomás verme al espejo
establezco  soy el mismo 
. . .  sólo algunas  canas  más.

Cuando olvido el alfabeto
estas  confundidas aflicciones
no son zozobra constante
ni congoja ni quebranto
y por ello no me aterran,
simple y sencillamente
son  resaca de  la letra
son acechos de la vida
bajamar del escritor
aunque con cierta aspereza
a  veces causen pavor.  

Flaminio Bonilla Valdizón.


Guatemala,  septiembre  de 2013.