Estimado amigos:
antes de que se me borre la memoria y me pase lo de la chumpa otra vez, les mando este par de cuartillas de momentos de la reunión en la casita de Ezzio.
Salud-os de La Pulga.
Misión cumplida
Señores pido licencia
y aprovecho la ocasión,
ya que ser agradecido
es de buena educación.
Felicitemos a Ezzio
por tan gran convocatoria,
reunir a tantos promos
es de por sí una victoria.
A más de treinta invitados,
agasajó en su mansión,
y allí bebimos felices
cerveza, güisqui y buen ron.
La comida, deliciosa:
frijoles con chicharrón,
costilla con sus lentejas,
y carne asada al carbón.
Más que banquete, fue hartada,
si no que lo diga Pepe,
fue quien diezmó los tamales
que nos sirvieron de entrada.
El primate, el mico Ellis,
fue otro que bebió y se hartó,
y con tan regios manjares
ningún banano extrañó.
Proletario, "Don Chabelo"
presumió de gusto fino,
el solito se zampó
sus tres botellas de vino.
No digamos la Gallina
que se olvidó de la gota,
y su dieta de licores
le valió, terminó rota.
Hubo quienes se quejaron
de la tremenda subida,
pues llegaron sin aliento,
por poco y pierden la vida.
Charamila sugirió
para evitar la fatiga,
le contrataran un negro
que le cargue la barriga.
Quien más sufrió fue Rodolfo,
casi fundió el marcapasos,
otra grada y al pisado
tienen que subirlo en brazos.
La mayoría pidió,
para evitar algo peor,
que en el futuro se instale
un veloz elevador.
Fue un ambiente a toda madre,
y no faltaron sorpresas,
como que nadie fondeara,
dejando limpias las mesas.
Por tan gran delicadeza
y excelente educación,
ninguna mala palabra
se escuchó en la reunión.
El Zapito y El Cubano
se trataron como hermanos,
y así abrazados bebieron
agarrados de la mano.
En la promo se rumora
que fue por María Cristina;
si no llega, los muchachos
se ponen gran papalina.
PP Muñoz fue el fotógrafo,
en esta magna ocasión
ya puso flash a las fotos,
va mejorando el cabrón.
La Gallina se asombró
de hallarnos tan acabados,
según él, nunca pensó
ver pelones y arrugados.
El Cuchi llegó al final
para no pagar la cuota,
y se acabó las cervezas
a ver si Kira lo anota.
Con la emoción y el barullo,
en medio de aquella farra
apareció destrozado
el brazo de una guitarra.
Ezzio juró que era virgen,
que nunca la había tocado.
Yo en cambio, al tal instrumento,
lo vi muy kilometrado.
Nadalini de cumpleaños,
se echó los cincuenta y nueve
y dijo: parto temprano,
si me voy tarde… me llueve.
Y así hasta la madrugada
la fiesta siguió encumbrada,
con la música de fondo
y la mara empatinada.
El Ezzio sacó sus pistas,
La Pulga cantó boleros,
en el romántico ambiente
bebieron tragos postreros.
Mi reseña aquí termino,
se me pasó de tamaño,
hasta hoy la mejor parranda
que hemos tenido en este año.
La Pulga.